Mi amigo Leonel había llegado a mi casa temprano, para ir a dar un paseo en moto, él era un muchacho alto, moreno y algo acuerpado pero todo esto no le servía para nada, ya que no sabía que hacer en casos de emergencia, y mucho menos yo. Mi madre como muchas otras en el mundo, era muy sobre protectora y no quería que yo saliera; según ella, tenía un mal presentimiento.
Para mi esos "malos presentimientos" solo eran babosadas, pues creía que mi madre se dejaba llevar por su miedo a que algo malo me sucediera, además yo era muy testarudo como para dejar la diversión a un lado por "babosadas".
Todo el día, la ciudad había estado muy poco transitada, pues hacía unas semanas, el gobierno había tomado la desición de abolir el SOAT (Seguro Obligatorio contra Accidentes de Tránsito) y no querían arriesgarse a que algo pasara y no tener una entidad que los atendiera.
Nada fue un impedimento para Leonel ni mucho menos para mi, nos arreglamos, y nos dispusimos a salir, mientras íbamos en la moto, mi amigo me dijo que iríamos al río donde nos encontraríamos con unas amigas, pero no pude decir nada aunque no estaba de acuerdo.
La carretera estaba un poco lisa, por las fuertes lluvias que se habían dado días atrás, cuando ivamos en el kilómetro 11 vía al pueblo mas cercano donde estaban nuestras amigas, Leonel aceleró hasta más no poder, pero, no miró bien a los costados, por desgracia había un perro que al vernos se lanzó hacia nosotros, perdiendo el control y nos fuimos a un abismo que estaba el otro costado de la carretera.
La caída fue bastante fuerte, yo me encontraba más o menos a tres metros de mi amigo con un fuerte dolor en la espalda, veía sangre en mi cuerpo peor no sabía de adonde provenía, pero mi preocupación era mas fuerte pues no veía que Leonel se moviera ni mencionara algo. Como pude me arrastré hasta donde él había caído, lo miré y noté que su rostro estaba totalmente desfigurado, su cráneo se había roto y no presentaba signos vitales..
No recuerdo que más sucedió es día, pues al parecer desperté un mes después. Me encuentro en mi sala de recuperación, desesperado y muy triste, pues mi madre con lágrimas en sus ojos me acaba de decir que no volveré a caminar porque todo el golpe lo recibí en la columna y peor aun no volveré a ver a mi amigo, por que en el momento de la caída murió instantáneamente.
He aprendido que tengo que escuchar a mi madre cuando me dice algo, pero ya que, mi amigo casi hermano esta muerto, y yo, que gracias a que no tuve un seguro médico que me garantizara seguridad, quede invalido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario