Ese día era para este joven, lo que seria para Adán y Eva volver al paraíso o para romeo otra noche con julieta. en fin; No sabría como expresar tanta pasión la que sentía mi gran amigo Carlos García antes de reencontrarse con su madre ocho años después de su separación.
Unos meses atrás la falta del amor de madre le estaba empezando a despertar una gran curiosidad de lo que seria para él, volver a ver a la hermosa mujer que le dio el ser, aunque no se podía negar que lo veía algo lejano, ya que su padre, practicamente se lo impedía. Motivo que no se convirtió en un obstáculo, pues sus ansias le pudieron al miedo.
En ese entonces, Carlos vivía con su padre en Medellin y su madre en Bogota. Gracias a pequeños contactos encontró la ubicación de su madre. Logro comunicarse con ella y quedar en el acuerdo de viajar a Bogota el 6 de junio de 2006; hablo con su padre y le dijo que iría a Cali a verse con su hermana que se encontraba estudiando allí, y emprendió su travesía.
Durante el viaje no durmió ni descansó. No paraba de imaginarse el momento, lo que haría, o simplemente como reaccionaria. Fueron 16 desesperantes horas, pero da igual, realmente valían la pena; por fin había llegado el día y Carlos prefirió llegar media hora antes de lo pactado.
El tiempo pasó y después de ocho años y 16 horas y media, levanto su mirada y allí estaba tan hermosa como apenas podía recordarla, vestida de blanco y con una hermosa sonrisa en su delicado rostro; el joven emocionado se lanzó sobre sus brazos, rompió en llanto y tartamudeante dijo: Te he extrañado todo este tiempo, su madre con su voz suave respondió: tranquilo hijo, prometo no volver a dejarte solo. Desde esa vez sus encuentros son mas a menudo, su padre ya no le prohibe ver a su mama, y se comunican casi a diario.
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